Proyecto memorable/ 2x1

Entre vientos

   Nadie te enseño lo que tenías que hacer el primer día en la escuela ante aquel grupo de niños y niñas. Lo tomastes casi como un juego y tus únicas estrategias eran las que habías vivido.
  Ahora te preguntas cómo durante años te aguantaron a ti y a los libros de fichas, sólo los días se salvaban por aquellas pequeñas pinceladas de color que ponían los momentos del cuento, de jugar en los rincones, de fiestas y celebraciones.
  Un huracán removió todas las estructuras, cuestiono todo el trabajo que estabais haciendo, removió lo más profundo de vuestras conciencias y os conciencio de que había otra forma de enseñar, que había otra forma de aprender.
  Que fácilmente nos acomodamos. Habías construido un pequeño mundo entre tus proyectos, todo más o menos rutinario y de nuevo por tu calle pasa un ventarrón que te atrapa y si te dejas llevar abrirá tu pequeño mundo al mundo. 


                 

  Tantos momentos memorables, tantas decisiones no meditadas que se convierten en momentos importantes de nuestras vidas.


                                   Memorable

   Memorable sería ver a todos los niñ@s con una sonrisa en la fila por la mañana.
   Memorable es ver a un niño o una niña que se le ilumina la cara cuando por primera vez lee una palabra o una frase y su cara es un puro reflejo del descubrimiento tan maravilloso que acaba de realizar,. porque él o ella bien sabe que hasta ese momento hacía como que leían, maravilloso momento memorable.
 Memorable es sentirse útil en el grupo, recibir los aplausos de los adultos y que no tengas que estar buscando artimañas oscuras para que se den cuenta de que tu también estás allí.
 Memorable es que me escuchen cuando tengo algo que contar.
 Memorable es que tu mamá o tu papá te pongan en la bolsa de la merienda un poquito de eso que más te gusta.

 Memorable es que en el patio de recreo no me abandonen ni me rechacen.                                            Memorable es “lo hago yo solit@”.

  Memorables han de ser las escuelas, sus patios y todos los que las habitamos.
  Construyamos una escuela memorable porque escucha, porque mira, porque siente, porque está con los que más nos piden en silencio o a gritos que les escuchemos, que les miremos, que les sonriamos, que les abracemos.